Ventana entre la hiedra,
encarando al frío Norte,
el marco incorruptible
en la penumbra envejecido;
los cristales, polvorientos,
se quiebran mecidos
en el recuerdo
de rijosos quejidos
arrancados al viejo colchón
ya raído por el dolor.
Ventana entre la hiedra,
el alba del valle
llorará la memoria
de la melodía atemporal
de tus bisagras.
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