13.11.08

Las hojas se dejan caer hacia el Este, insensiblemente arrastradas por el viento, que a su paso por el rostro va descorchando cicatrices.

La sangre brota en forma de cristales semiempañados moviéndose hacia el sitio más alejado de su alcance, a la vez que al punto menos ciego de su cuerpo.

La pequeña distancia que separó un último deseo sin cumplir se disuelve entre el ruido de las hojas al caer, hacia el Este, mientras se concentra opresivamente en el pecho, arqueando cada vértebra, exhalando el dolor en un grito que entumece.

12.11.08

Vivo en una caja para personas. Es un cuadrado perfecto y no tiene tapa. Nosotros no nos escapamos. El techo es cielo negro de salón de actos con una bola blanca que dice tener cara de luna.

Las cajas a veces guardan sorpresas, aunque nunca dejan de ser cajas. Esta ahora está custodiada por una veintena de paquetes enormes de papel. Proyectan sus formas torpes rodeándose de luz naranja.

Pasan caras de noviembre, enfundadas en abrigos y cogidas del brazo. Sonrisas de frío, pasos ligeros, se cruzan desde todas las direcciones. Pero no dicen nada, todas tienen su cometido en la caja. Y yo también debería tenerlo.

Las campanadas me sacan de este mundo iluminado. Se ha hecho la hora. Me dirijo a una esquina y doy por terminada mi tarea de hoy. Mi caja es un cuadrado perfecto y no tiene tapa. Nosotros no nos escapamos.

1.11.08

Relatividad


el horizonte.
se detenga
a la espera de que
en su superficie,
El deseo se refleja

de los segundos.
oscura letanía
deslizándose por la
avanzan cuesta arriba,
Imperturbables,

de la memoria.
incesante pulso
se destilan en el
irregularmente perfectas
Cristalinas esferas