3.9.08

Lejos.

El teléfono me habla con tu voz muerta.

Muerta.

Son los momentos en que uno se acuerda de que existe.

La muerte.

La veo en tus ojos vestidos de negro.

De luto.

Se siente en el nudo de la corbata, que empieza a apretarme.

Lentamente.

Estalla detrás de mis pupilas.

Desangrándolas.

Espera una palabra.

Impaciente.

Y ahora vive en mis oídos.

Para siempre.

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